lunes, 11 de junio de 2007

Soneto XXXIV: Knappe Lekkere Meiden

Las cuchillas de un vuelo y el grumoso
tejido de resinas que nos cubre,
murciélago esperando que elucubre
la frontera entre el sueño y el reposo.

Gabarra a volapié, invisible foso
de impávida estampida que descubre
su techumbre, su vértice salubre
blandiendo tres arpones y un coloso.

Ralo mundo habitáis de ciega estopa,
centinelas de sol, de cabalgatas,
que a lomos de horizontes se galopa;

alzado friso azul sin columnatas
de un cielo que vestís en vuestra ropa,
ninfas del aire, hermosas azafatas.

No hay comentarios: