Las cuchillas de un vuelo y el grumoso
tejido de resinas que nos cubre,
murciélago esperando que elucubre
la frontera entre el sueño y el reposo.
Gabarra a volapié, invisible foso
de impávida estampida que descubre
su techumbre, su vértice salubre
blandiendo tres arpones y un coloso.
Ralo mundo habitáis de ciega estopa,
centinelas de sol, de cabalgatas,
que a lomos de horizontes se galopa;
alzado friso azul sin columnatas
de un cielo que vestís en vuestra ropa,
ninfas del aire, hermosas azafatas.
lunes, 11 de junio de 2007
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