La pared de mi espíritu se encala
desde andamios que erigen mi derrota
como furia fugaz, como gaviota
que al vuelo y con sus heces me apuñala.
Heces, mierda, que fluye y que resbala
desmaquillando un rostro gota a gota,
revelando en la víctima un idiota
cuya suerte persigue y acorrala.
Mierda y luz que se alzó como barrera
y taladrado son de acantilado,
mierda y luz que torturan mi ceguera,
muro gelatinoso y encalado,
pared para mi espíritu, frontera
entre un mundo de mierda y un pringado.
domingo, 10 de junio de 2007
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