Te describes con broches, alfileres
que pespuntan tu orgullo: delicada,
de buen gusto, sagaz, sofisticada
(como decís ser todas las mujeres);
hábil y apasionada en los placeres,
divertida, brillante, liberada,
sin machismos, sutil, espabilada,
segura, perspicaz... y no lo eres.
Eres voluble, injusta, un poco guarra
de sutileza tosca y resoluta,
te bulle la entrepierna ante el macarra;
eres artificial, y más que astuta
pendenciera, propensa a la gabarra,
y cuando te conviene un poco puta.
viernes, 8 de junio de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Jajajaá, muy bueno!
Qué bueno, y qué cierto
Publicar un comentario