domingo, 25 de marzo de 2007

Soneto I: Contrato

Invoqué al Lucifer de los avernos
con fe y con ansia, pero nunca vino:
ni con disfraz prudente y clandestino,
ni rojo, con el rabo y con los cuernos.

Así que no hubo trato, ni fraternos
pactos que le entregaran mi destino
a cambio de volverme un libertino:
Satanás no subió de sus infiernos.

Ya sé que fue conducta un tanto impropia
vender eternidad que se desalma
para ver cómo el diablo se la apropia;

pero esta vida, absurda hasta en su calma,
ni la logro cambiar por mano propia
ni se puede arreglar vendiendo el alma.

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